También llamada Estadística Inferencial,
tiene como objetivo extraer conclusiones generales de datos particulares, para
toda la población a partir de los estadísticos obtenidos de una muestra. Por
supuesto, esto es válido también en el caso del contraste de hipótesis. Para
contrastar las hipótesis estadísticas, nos apoyamos en algún estadístico
calculado a partir de los datos que poseemos para muestras extraídas de las
poblaciones estudiadas, al estadístico utilizado se le denomina estadístico de
contraste. Siempre que se cumplan ciertos supuestos, podemos conocer la distribución
muestral del estadístico de contraste. A partir de la distribución muestral que
presenta el estadístico de contraste cuando consideramos a la hipótesis nula
cierta, podremos tomar decisiones acerca de la misma. Para conocer la
distribución muestral del estadístico de contraste es necesario contar con
ciertos supuestos. Habitualmente, estos supuestos se refieren a dos aspectos:
a) Características de los datos. Se trata de condiciones que deben cumplir los
datos, tales como, por ejemplo, presentar un determinado nivel de medida o
cumplir el supuesto de independencia.
b) Forma de la distribución de partida: es frecuente, en las pruebas de
decisión estadística, suponer una determinada distribución (generalmente la
distribución normal) en la población estudiada. En la estadísticas de contraste
es importante tener presente el cumplimiento de unos determinados supuestos,
pues solo de esta forma conoceremos su distribución muestra, cuando se violan
los supuestos asumidos en el contraste de hipótesis, no podemos estar
completamente seguros de que las conclusiones que saquemos serán validas (Bastidas, 2014)
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